18 Entonces Jesús preguntó: "¿A qué se parece el reino de Dios? ¿A qué lo compararé?
19 Es como una semilla de mostaza que un hombre tomó y plantó en su jardín. Creció y se convirtió en un árbol, y los pájaros se posaron en sus ramas.
20 Y volvió a preguntar: ¿A qué compararé el reino de Dios?
21 Es como levadura que una mujer tomó y mezcló en aproximadamente sesenta libras.[a] de harina hasta que se trabajó toda la masa”.
En un viaje de rafting por el Gran Cañón, tuvimos la oportunidad de hacer varias caminatas por los senderos junto al río. El paisaje era agreste, pero impresionante. En una caminata en particular, nos topamos con una ramita que emergía de una roca bastante grande. No parecía estar allí, pero una semilla al azar había encontrado un poco de tierra en una grieta de la roca. Y de alguna manera, la humedad acumulada en la zona desértica hizo germinar esta semilla, que creció en la roca. A veces, la vida nueva nos llega de lugares inesperados.
Esa es la lección que escucho de Jesús en nuestro pasaje de Lucas. ¿Cómo es el reino de Dios? Es como una insignificante semilla de mostaza, un poco de levadura, una semilla que se coló en una pequeña grieta de la roca.
Y de esos inicios desfavorables, nueva vida, actividad donde no la había, un crecimiento lento y constante que empieza a cambiar el entorno del que brota. El reino de Dios cambia la tierra, la roca de la que emerge. La tierra sigue ahí, la harina sigue ahí, pero el reino de Dios que crece en nuestro interior da una nueva cualidad que no existe sin él.
La Cuaresma es nuestra oportunidad de experimentar algo de esta nueva vida, de sentir cómo el Reino de Dios se expande en nuestra vida en direcciones nuevas e inesperadas. Quizás, en nuestro camino cuaresmal, nos encontramos en un lugar desértico, un lugar que no parece muy fructífero. No había vida abundante en el árido paisaje por el que caminábamos. Quizás los pequeños comienzos de plantar una semilla de mostaza parezcan casi insignificantes. Amasar la levadura en la masa no parezca marcar una diferencia inmediata.
Nuestro texto bíblico nos recuerda que estos comienzos desfavorables marcaron la diferencia en el campo del agricultor y en la panadería de la mujer. El énfasis en nuestro texto no está en la siembra ni en la amasadura, sino en la actividad llena de gracia que se encuentra en el Reino de Dios, ese lugar donde Dios obra.
En Cuaresma se nos anima a seguir adelante. Dar esos pasos, plantar esas semillas, incorporar esa levadura a la esencia de nuestra vida. Esta es la vida en el Reino de Dios.
Autor: David Brown
Otras lecturas de Cuaresma para hoy:
- Salmo 39
- Números 13:17-27