Día 44 de Cuaresma: Juan 13,1-17.31b-35

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13:1 Era poco antes de la Pascua. Jesús sabía que había llegado su hora de dejar este mundo e ir al Padre. Habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el fin.

 

Después puso agua en una palangana y comenzó a lavar los pies de sus discípulos, secándolos con la toalla con que estaba ceñido.

Se acercó a Simón Pedro, quien le dijo: «Señor, ¿tú me lavas los pies?»

Jesús le respondió: «Ahora no te das cuenta de lo que hago, pero más tarde lo entenderás».

«No», dijo Pedro, «jamás me lavarás los pies».

Jesús le respondió: «Si no te lavo, no tendrás parte conmigo».

«Entonces, Señor», respondió Simón Pedro, «¡no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza!»

 

Hoy es Jueves Santo; “Maundy” viene de una palabra latina que significa “mandamiento”.

 

Amar a los suyos hasta el final. ¿Qué clase de amor es este acto de Jesús? Escuchamos la confusión de los discípulos ante las palabras de Pedro. Su asombro al ver a su Señor haciendo lo que solo el siervo más humilde de cualquier casa podría verse obligado a hacer: lavar los pies sucios. Luego, la exclamación de Pedro de lavarlo por completo, revelando su profundo deseo de complacer y seguir a este hombre que había trastocado su mundo.

 

Los discípulos tener Siguieron a Jesús. Creyeron lo mejor que pudieron. Obedecieron cuando se les pidió. Perseveraron cuando otros abandonaron al Señor. Pero ahora, Jesús les manda hacer ¿qué?... amar.

 

34 Un mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Como yo los he amado, que también ustedes se amen los unos a los otros. 35 En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

 

No una emoción sincera ni un pensamiento bondadoso, sino un acto de servicio humillante. No algo incorpóreo ni nebuloso, sino concreto, plenamente encarnado en Cristo. 15 "Os he dado ejemplo, para que también vosotros hagáis lo mismo que yo he hecho con vosotros.  En servicio gozoso y humillante cuando es llamado; incluso hasta la muerte si es necesario.

 

¿Cómo es posible amarnos tan plenamente? No si solo nos buscamos a nosotros mismos para lograrlo. Pero Jesús no nos abandona a nuestra fragilidad humana. Al contrario, dota nuestra humanidad de su divinidad para cumplir tan gran mandamiento. El Espíritu Santo nos guiará hacia este amor que nos transformará a cada uno de nosotros, a los demás y al mundo. ¿Estás listo para entrar en ese amor? No puedes hacerlo solo, pues amar es un mandamiento. unos y otros. ¿Sientes la extraordinaria alegría de Dios esperando en el umbral? ¿Tomarás su mano y cruzarás el umbral conmigo, con nosotros, para que podamos entrar juntos en este amor?

 

 

Autor: María Spaulding

Otras lecturas de Cuaresma para hoy:

  • Éxodo 12:1-4, 11-14
  • 1 Corintios 11:23-26

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