1 El que habita al abrigo del Altísimo
Descansará a la sombra del Todopoderoso.[a]
2 Diré yo al Señor: “Él es mi refugio y mi fortaleza,
mi Dios, en quien confío.”
14 “Porque él[b] “El que me ama, yo lo libraré”, dice el Señor.
Yo lo protegeré, porque reconoce mi nombre.
15 Él me invocará, y yo le responderé;
Estaré con él en la angustia,
Yo lo libraré y lo glorificaré.
16 Con larga vida lo saciaré.
y muéstrale mi salvación.”
Vivir en relación con Dios es un ejercicio de desequilibrio. Somos humanos, Él es divino. Somos carne y sangre, mientras que Él es espíritu. Somos incompletos, y Él es perfecto. Mientras que algunos ven esta relación como sobrenatural, otros la ven como la condición más natural tanto para Dios como para los humanos. Dios nos creó para relacionarnos, unos con otros y con Él.
Invocamos a Dios. Reconocemos quién es Dios y lo que ha hecho a lo largo de la historia. Extendemos nuestra confianza a Dios.
¿Cómo responde Dios a nuestro ejercicio de fe?
Dios nos rescata en nuestro momento de necesidad. Dios nos libra del peligro y de la muerte. Dios nos honra elevándonos a una relación con él. Él nos salva. Él nos asegura. Él nos libera y nos honra.
Además, Dios nos protege. Una fortaleza es una fortaleza militar, especialmente una ciudad fortificada con muros gruesos y puertas sólidas y robustas. Una fortaleza proporciona una ventaja militar, pero también es un refugio contra las terribles consecuencias de un conflicto armado. Bajo la protección de Dios, encontramos ayuda en nuestros momentos de dificultad. Dios nos escucha. y responde nuestras oraciones.
Dios promete una larga vida a quienes claman a Él en busca de ayuda. En definitiva, gracias al milagro de Pascua, Dios nos ofrece la vida eterna. Cuando moramos con Él, incluso en este mundo terrenal, encontramos descanso.
¿Necesitas refugio? ¿Necesitas descanso? ¿Invocarás a Dios? ¿Darás testimonio de su confiabilidad?
Quizás te puedas identificar con estas palabras del coro de la canción de Zach Williams, “Rescue Story”:
Oh, Tú eras la voz en el desierto
Llamándome en la oscuridad de la noche
Luchando mis batallas por mí
Eres mi historia de rescate
Me levantó de las cenizas
Llevó mi alma de la muerte a la vida.
Llevándome de gloria en gloria
Porque eres mi historia de rescate
Autor: Bryan Merril
Otras lecturas de Cuaresma para hoy:
- Éxodo 5:10-23
- Hechos 7:30-34