No temas, porque yo te he redimido; te he llamado por tu nombre; eres mío. Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y por los ríos, no te anegarán; cuando camines por el fuego, no te quemarás. y la llama no te consumirá. Porque yo soy el Señor tu Dios, el Santo de Israel, tu Salvador… Eres precioso a mis ojos, y digno de honra, y te amo… a todo aquel que lleva mi nombre, a quien creé para mi gloria, a quien formé y formé.
Hoy en día existen miles de denominaciones y religiones en el mundo, y, ya sea en menor o mayor medida, las enseñanzas de cada una difieren de las demás. Lo que creemos y sabemos es que tenemos un Salvador descrito por el profeta Isaías, un Salvador que trata bien a sus hijos. Nos exhorta a ser valientes. Nos recuerda que le pertenecemos.
Cristo no solo bajó del cielo para vivir y ministrar a toda clase de personas, judíos y gentiles, esclavos y libres, hombres, mujeres y niños. También sufrió las acusaciones y los constantes cuestionamientos de su propio pueblo. Fue burlado, calumniado y finalmente asesinado para poder vencer a la muerte y al pecado de una vez por todas, resucitar y adoptarnos en su familia, dándonos nuevos nombres.
Nada de lo que hayamos hecho ni haremos —ni siquiera el miedo, la vergüenza o las etiquetas de este mundo— detendrá su amor por nosotros. Él eligió asumir plena responsabilidad por nosotros. Le pertenecemos incluso en los días difíciles. Con Dios podemos enfrentar las aguas del Mar Rojo, como Moisés, cuando nos vemos atrapados entre el ahogamiento y aquello que nos ha esclavizado.
Con Dios no nos amenazan las aguas turbulentas del Jordán, que parecen impedirnos luchar por lo que Dios ha prometido. Con Dios, podemos atravesar el fuego que Sadrac, Mesac y Abednego tuvieron que enfrentar, sabiendo que Dios está con nosotros. Somos valiosos para Él. Siempre vendrá por nosotros, nos acogerá en sus brazos y nos guardará bajo su cuidado perfecto, no solo para siempre, sino también en cada momento de nuestra vida.
Autor: Jad Ghrayyeb
Otras lecturas de Cuaresma para hoy:
- Génesis 14:17-24
- Filipenses 3:17-20