Día 42 de Cuaresma: Juan 12:20-36

Facebook
Correo electrónico

24 En verdad les digo que si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, produce mucha semilla. 25 Todo el que ama su vida, la perderá; y todo el que aborrece su vida en este mundo, para vida eterna la guardará. 26 El que me sirve, sígame; y donde yo estuviere, también estará mi servidor.

27 Ahora mi alma está turbada, ¿y qué diré? ¿"Padre, sálvame de esta hora"? No, precisamente por eso he llegado a esta hora.

 

31 Ahora es el tiempo del juicio sobre este mundo; ahora el príncipe de este mundo será expulsado. 32 Y yo, cuando sea levantado de la tierra, atraeré a todos hacia mí.

 

Jesús acaba de ser aclamado y honrado por una gran multitud al entrar en Jerusalén, pero no se deja intimidar por sus elogios. Él sabe lo que le espera. Debe morir para dar mucho fruto para todos, tanto judíos como gentiles. Está preocupado por lo que está por venir porque... sabe Lo que está por venir: gran sufrimiento, dolor, abandono y muerte. Sin embargo, también sabe que esta es la hora culminante a la que toda su vida terrenal lo ha conducido, para la cual el Padre lo ha llamado y preparado. Solo con su muerte Satanás podrá ser finalmente derrotado; solo con su muerte toda la humanidad podrá llegar a conocer y amar al Padre como Jesús lo ha conocido y amado desde antes del principio de los tiempos.

 

36 Creed en la luz mientras tenéis la luz, para que seáis hijos de la luz. Cuando terminó de hablar, Jesús se fue y se ocultó de ellos.

 

Solo gracias a su propia muerte, la luz de Dios trascenderá la presencia física de Jesús para iluminar a otros, mediante su Espíritu, para que se conviertan en hijos de Dios. Nosotros somos esos hijos. Podemos difundir la luz de la gloria de Dios con fulgor y veracidad en cada rincón oscuro de nuestro mundo porque Jesús estuvo dispuesto a que su propia luz en esta tierra se extinguiera por nosotros.

 

¿Nos dedicaremos al servicio del Cristo vivo para que la gloria de Dios se magnifique a través de nosotros? ¿O solo buscamos maravillas que nos faciliten la vida, como a tantos en tiempos de Jesús, mientras Dios mismo, en forma humana, caminaba entre ellos? Dios nos llama y nos prepara para una vida que solo es posible mediante nuestra propia muerte al yo. ¿Estamos dispuestos?

 

Señor Jesús, ayúdanos a ver que a través de nuestro compromiso total contigo, somos liberados para ser hijos de Dios como originalmente fuimos destinados a ser, esparciendo semillas de luz y vida en tu asombrada creación.

 

 

Autor: María Spaulding

Otras lecturas de Cuaresma para hoy:

  • Isaías 49:1-7
  • 1 Corintios 1:18-31

Otros devocionales de Cuaresma

ESP
Vuelve al comienzo