Día 13 de Cuaresma: Éxodo 33:1-6

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Qué difícil es leer sobre los aspectos negativos de la historia y cómo se repiten. Es fácil criticar a los israelitas por crear un becerro de oro, adorarlo y ser descaradamente idólatras y desobedientes a Dios. Es como si no les importara que Dios se enojara por sus acciones, y aun así optaran por hacer su propia voluntad. Esta rebeldía dañó su relación con Dios. Esta era una relación que debía haber sido atesorada y protegida.

 

Mi esposo siempre le recuerda a nuestra congregación que Dios es un dios de amor, pero también un dios de fuego consumidor. Claro que se enojaría por sus acciones. Dios amenazó con destruirlos por su terquedad. Les hizo saber que no los acompañaría en su viaje a la tierra prometida. No merecían su presencia. Aun así, Dios les dijo que un ángel iría delante de ellos para guiarlos a la tierra prometida y expulsar a los cananeos. Incluso cuando Dios está herido y decepcionado de nosotros, su gracia y misericordia son inmensurables. Su amor nunca falla.

 

Lo alentador de esta historia es que los israelitas se arrepintieron, se lamentaron e incluso se quitaron sus adornos para mostrarle a Dios que estaban arrepentidos de sus acciones. 

 

Hoy, si actuamos como los israelitas testarudos, en desobediencia, tenemos la oportunidad de arrepentirnos ante nuestro Creador. Podemos acudir a él con humildad y pedirle perdón por nuestros pecados. Podemos pedir que nuestros nombres sean escritos en el libro de la vida. Podemos pedirle a Dios que nos permita entrar al cielo, el hogar eterno de todos los que se entregan a Dios y obedecen su Palabra. 

 

Autor: Cenida Suyen

Otras lecturas de Cuaresma para hoy:

  • Salmo 105:1-42
  • Romanos 4:1-12

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