La Cuaresma nos ayuda a ver quiénes somos realmente cuando entramos en ella con arrepentimiento y una firme esperanza. Arrepentimiento por quiénes somos o por quiénes no hemos logrado ser, y una firme esperanza de que Dios está con nosotros. En su gracia, nos transformamos a su imagen. 

Creo que el apóstol Pablo nos da un consejo sabio en el versículo 12: «Si crees estar firme, ¡cuídate de caer!». Me gusta mucho la imagen de la versión King James: «El que piensa estar firme, mire que no caiga». Hay una divertida atracción de aventura en Disneylandia donde, de repente, te encuentras cayendo. Sabes que caerás, pero cuando ocurre, entras en pánico y gritas.

La primera parte de nuestro capítulo sobre Corintios nos ha detallado a quienes tuvieron enormes ventajas al seguir a Moisés en el camino de liberación que conocemos como el Éxodo. Pero algo salió mal en el camino. Sus experiencias se convirtieron en obstáculos. Su nueva libertad se convirtió en su punto de fracaso. De alguna manera, comenzaron a apartar la vista de... roca espiritual que los siguieron.

Existe una oscura tradición rabínica que describe una roca real, o incluso un pozo, que acompañó a los israelitas durante sus peregrinajes por el desierto, como una especie de planta rodante que se movía tras ellos. Pablo retoma esa imagen e identifica a la roca errante como Cristo. Dondequiera que el pueblo iba, la roca los seguía. 

En nuestras conversaciones y relaciones, encontramos a Jesús apareciendo de maneras inesperadas y en recordatorios inesperados. Puede ser de una manera oscura, como la referencia a la roca pulida a la que alude Pablo, o puede ser alguien que nos pone un espejo ante nuestras acciones y actitudes, lo que nos hace pensar que no somos quienes Jesús desearía que fuéramos.

En este nuevo tiempo de Cuaresma, se nos invita a volver la mirada a la Roca, a vivir en humildad y arrepentimiento ante Aquel que nos acompaña dondequiera que nos encontremos, a recordar que estamos en su gracia. Durante la Cuaresma, se nos invita a reflexionar profundamente sobre nosotros mismos y a mirar con mayor detenimiento a Jesús, nuestra Roca, y a vivir con la firme esperanza de su gracia transformadora. 

Autor: David Brown

Otras lecturas de Cuaresma para hoy:

• Salmo 105:1-42
• Números 14:10b-24