Salmo 17
El rey David se sentía vulnerable, perseguido por el rey Saúl. Experimentaba un torbellino de preocupación, estrés, inquietud y miedo, entre otras emociones. Se enfrentaba a un enemigo poderoso; debía protegerse a sí mismo y a su pueblo. Sabía que existía una salvación, la única que podía garantizar seguridad, misericordia, cuidado y liberación de las garras de su enemigo. Sabía en su corazón que la malvada conspiración para conquistarlo era una amenaza real e inminente.
Escribo esto en nuestro retiro anual de pastores. El devocional de esta mañana, a cargo del pastor Brent, se centró en el Salmo 17; la misma referencia que uno de mis pasajes sugeridos. ¿Coincidencia? ¡Claro que no! Nuestro Dios no es un dios de coincidencias.
Al hablar de este Salmo, encontré frases e ideas que me llamaron la atención. La primera, en el versículo seis, nos recuerda que Él nos responde. La segunda, que «nos ama mucho», como se menciona en el versículo siete. La tercera, que nos salvó con su diestra, a quienes en Él se refugian de sus enemigos.
Este año, al reflexionar y recordar el sacrificio, la muerte, la crucifixión y la resurrección de nuestro Señor y Salvador, Jesucristo, no nos centremos en la preocupación, el estrés, el miedo ni las incertidumbres de nuestros tiempos actuales. Acudamos a aquel que nos guardará, «la niña de sus ojos y quien puede escondernos a la sombra de sus alas» (versículo 8). Como ser humano, Jesús experimentó todas las emociones humanas y nos enseñó a recurrir siempre a nuestro Padre Celestial.
La muerte de Jesús no fue en vano. Su resurrección nos da poder y esperanza para su segunda venida.
Autor: Cenida Suyen
Otras lecturas de Cuaresma para hoy:
- 1 Crónicas 21:1-17
- 1 Juan 2:1-6