“Escudriñame, oh Dios, y conoce mi corazón;

ponme a prueba y conoce mis pensamientos ansiosos.

Señala cualquier cosa en mí que te ofenda,

y guíame por el camino de la vida eterna."

Salmo 139: 23-24 

¿Eres lo suficientemente valiente como para rezar diariamente esta oración con el salmista?

Búscame. Mira dentro de mi corazón, Dios, y conoce lo que realmente amo. ¿No sólo lo que digo que amo sino dónde invierto mi tiempo, energía, dinero, esperanzas y sueños? Realmente quiero saber si estoy poniendo límites a mi amor de los que ni siquiera me doy cuenta conscientemente. ¿Amo como tú amas? ¿Amo a quién y qué amas? Búscame.

Pruebame. Te invito a lanzar algunos desafíos en mi camino. La mayoría de las veces creo que puedo con cualquier cosa y no me apoyo lo suficiente en ti, Dios. Finjo que no estoy nervioso, pero no quiero ignorar esos sentimientos de inseguridad. Me traes paz durante esta prueba cuando me doy cuenta de que estás exponiendo formas nuevas y más profundas en las que puedo confiar en ti. Pruebame.

Exponme. Señala cualquier cosa en mi vida que te ofenda. Invito a su honesta corrección. Nunca querría ofenderte, pero a veces puedo racionalizar mis pensamientos o comportamiento porque "todo el mundo lo hace" o fue "sólo esta vez". Sé que cualquier cosa que te ofenda en mí es destructiva para mi vida y mi futuro. Exponme. 

Guíame. Quiero seguirte. No quiero ir delante de ti ni quedarme atrás. Tu liderazgo es eterno y puedo confiar en tu dirección en mi vida. Gracias por mi relación con usted, que se ve reforzada por nuestro caminar juntos. Adónde vamos no es tan importante para mí como ir con tu presencia. Guíame.

En Navidad celebramos que Dios envíe a Su Hijo a tener una relación contigo y conmigo. Puedes confiar en el. Él te ama. Viva en esa relación creciente con Él a través de Su corrección.